El simplemente valor de haberme levantado y sin pensármelo vestirme y coger la guagua para ir a Tuam yo sola y perderme entre ese pueblo, sin programar, sin ningún objetivo, ha sido lo más valiente que he hecho hasta ahora y he decir que me está encantando escribir esto en medio de un gran parque verdoso y súper frondoso de flores, árboles y plantas muy bonitas.
Me siento tranquila pero a la misma vez siento que es insuficiente, ya que por una parte siento que estoy perdiendo el tiempo aquí sentada, que debería de aprovechar más el día pero es que por más que mire rutas o lugares que visitar en este pequeño pueblo lo más que puedes hacer es ver catedrales e historia de este lugar en el que no me apetece para nada ver eso ahora.
Por eso la mejor opción que tengo ahora es quedarme en este parque y ver qué estoy sintiendo. Siempre he pensado que soy muy cobarde, que por más que me apetece hacer algo siempre acabo dejándolo por miedo, si es verdad que tuve pensamientos de no venir, de quedarme en la habitación, pero creo que he tomado la decisión correcta, con haberme demostrado que puedo hacerlo, tengo más que suficiente para seguir avanzando.
Es increíble como a veces nos puede traicionar la mente, como nos la puede jugar saboteándonos todo el tiempo, sé que mi mente lo hace para protegerme pero en muchas de las ocasiones si le hacemos caso a esa voz no vamos a vivir nunca, nunca sentirás el placer de que tu puedes sola con todo lo que te propongas, a pesar de que te pongan mil barreras o cuestiones, si quieres puedes.
Cuando tenemos estos pensamientos lo mejor que podemos hacer es escucharnos pero no hacernos caso, porque hay que pensar que no lo pensamos para hacernos daños, si no porque es una forma de nuestro subconsciente de cuidarnos, por tanto, si a nosotras nos apetece hacer algo fuera de nuestra zona de confort, lánzate y hazlo, nunca te vas a arrepentir de hacer eso que te nace de dentro aunque tú cabeza diga que es mala idea.
Además, el experimentar esa sensación de “lo hice” “yo pude sola” es increíblemente sin palabras y satisfactorio y, ¿sabes lo mejor de todo? Que puedes sentirlo todas las veces que quieras, porque las barreras y las excusas muchas veces no son reales y nos la ponemos nosotras mismas. Y si tienes miedo, hazlo igual, con miedo, pero hazlo.
A mi esto me ha ayudado bastante, porque solía pensar que yo era una persona súper miedosa para todo hasta que me di cuenta que eso no era así, y puede que en algunas ocasiones yo sienta miedo, pero pienso:
“Yo soy valiente, porque aun con miedo hago todo lo que quiero” Así que si a ti te pasa, díselo a tu mente subconsciente que intenta “protegerte” y verás como poco a poco irás haciendo mil cosas tú sola, porque no te hace falta nada ni nadie más.